Ingenios azucareros trabajan en la conservación de suelos

Acequia de ladera Ingenio Pantaleon
El agua de lluvia es captada en zanjas, esta es una práctica agronómica que contribuye a la recarga de las aguas subterráneas.

Desde 2012, los ingenios azucareros trabajan de la mano con el Centro Guatemalteco de Investigación y Capacitación de la Caña de Azúcar –Cengicaña– y el Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático -ICC- en el desarrollo e implementación de prácticas para la conservación de suelos.

La conservación de suelos se basa en aquellas prácticas que permiten detener o evitar la erosión, conservar el suelo y mejorar su fertilidad y productividad.

Por ejemplo, los ingenios azucareros en conjunto con el ICC han implementado el uso de acequias, que consiste en la creación de zanjas que ayudan a que se filtre el agua de lluvia.

Esta práctica agronómica, responsable con el medio ambiente, contribuye a la recarga de las aguas subterráneas, a mitigar el desgaste del suelo por la precipitación y a evitar inundaciones.  

Abono verde para nutrir los suelos

Crotalarias entre caña de azúcar

Otra buena práctica para la protección del suelo es el programa de abono verde desarrollado por Cengicaña para uso de los ingenios. Este programa es una medida ecológica de siembra de plantas leguminosas que proveen al suelo de nitrógeno y con ello evitar el uso de productos comerciales.

Cuando las leguminosas se mezclan con el suelo aportan materia orgánica que mejora la textura y estructura del suelo. Además, promueve el desarrollo de microorganismos que son benéficos para los cultivos.

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